Nada como una charla...

Seguiamos encaminados a nuestro pueblo y casualmente pasamos por donde don Quijote fue derrotado y se puso algo nostalgico por su derrota y yo le comente que si yo estaba feliz cuando renuncie a toda una insula a mi mandato el podia reponerse a una derrota. Yo seguia indispuesto y quejandome del trato que estaba recibiendo, me molesaba mucho que mi asno cargara las armas que le comente a don Quijote y no pude terminar de hablar cuando este me regaño. Nos encontramos con dos señores que habian acordado una carrera pero resulta que uno era supremamente mas gordo que el otro, asi que estaban diciendo que por que el flaco no se ponia algo en la espalda para parejar el asunto pero yo aplique mis habilidades de mediador como hice cuando fui gobernador y le dije al gordo que por que no mejor el bajaba unos kilos hacia hasta el saldria ganando. Nos encontramos con Tosilos que nos puso al tanto de todo lo sucedido en la casa de los duques. Proseguimos con nuestro camino y le comente a don Quijote que seguia sin entender que tenia yo que ver con el desencantamiento de Dulcinea pero que lo haria cuando yo lo viera absolutamente necesario, cambiamos de tema y como nos vemos forzados a retirarnos de la caballeria por 1 año don Quijote se le ocurrio la idea de volvernos pastores que en realidad no sonaba tan mal.