Sancho Panza

Sancho Panza

miércoles, 14 de abril de 2010

Una pequeña hablada con la locura.

Al rato de que don Quijote termino su duelo contra el vizcaino se acerco a mi y me ayudo a volver a subir a mi mula. Pero antes de subir a mi mula le able y le bese la mano diciendo después que me ortorgara el titulo de la insula que abia ganado en ese duelo, en ese momento el me explico que esas luchas no son de insulas sino de encrucijadas simplemente para ser recordadas después. Pero me dijo que esperara que hay muchos reinos como el de Dinamarca que a mi me vendría perfecto. Después nos pusimos hablar si alguna vez yo abia tenido el placer de ver algún cavallero con la ferocidad que el tiene, yo le dije que nunca abia presenciado tal cosa en alguien mas. Después le comente sobre que le pondría un ungüento y coser un poco su oreja que realmente se veía muy mal, pero el me comento que el tenia una receta para una bebida que aria que cualquier dolor sintiera alguien se iria en ese momento. Me puse a pensar y le dije que si es cierto este remedio que prefiero que me diga la receta en lugar de la insula, por que un poco de este remedio se vendería por 2 reales minimo y cuando me dijo que con 3 reales podía acer 3 raziones. Después me dijo que callara y que el en un futuro me revelaria muchos otros secretos y me daría mi ayorada insula. Mientras que le arreglaba su oreja el vio su celada destrozada una parte y se yeno de deseos de venganza y empezó su juramente ante el vizcaino que le causo esto, pero yo el recordé que el si el vizcaino acia lo que el le pidió de ver a su amada Dulcinea el no debería cargar con ningún cargo de hay en adelante. El me dio la razón pero si izo un juramento que enfrentaría a cualquiera que se le pusiera en frente aunque llevara a matarlo. Le recordé que deberíamos buscar donde quedarnos después de eso por que no podrían empezar a perseguir y quemarnos. Pero el como siempre obediente a sus livros de cavalleria me convenció que no nos pasaría nada. Después me dijo que tenia ambre y deberíamos comer algo yo le dije que en mis alforjas no traia mucho sino unas cebollas, queso y un poco de pan pero tampoco digno para un cavallero como el. El se rio de mi y me dijo que no importaba que los cavalleros en el campo si no tenían un castillo donde le dieran un banquete, ellos comerían de lo mas simple que se encontraran aunque fueran unas raíces. En el trayecto finalmente encontramos un lugar donde reposar un casa de unos cavros aunque para mi parecía algo triste no llegar a un pueblo para el parecía un victoria aber sobrevivido la noche y salir victorioso de sus “aventuras”.

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