Sancho Panza

Sancho Panza

domingo, 29 de mayo de 2011

Interesante conversacion...

Mientras Trifaldi se fue a buscar a don Quijote. La duquesa, doña Rodriguez y mi persona nos quedamos conversando mientras tanto. Surgio el tema sobre el rol de las condesas en la sociedad, sobre si de verdad son necesarias o si solamente son no un estorbo si no mas bien un puesto inutil en la sociedad. Muchos pensarian que hablar sobre eso seria algo incomodo para la duquesa, pero es que en realidad hay una gran diferencia entre el rol de una duquesa y el de una condesa. Si nos poniamos a ver lo que una condesa hacia, no tenia ningun papel importante en los terrenos que dominaban y en realidad lo unico que hacen es gastar dinero. Al final de la conversacion no fue algo que me sorprendiera honestamente pero estabamos mas o menos con un punto de vista parecido sobre el rol de ellas. Mientras tanto aun no veiamos rastro del regreso de Trifaldi.

No hay de otra...

Le fui a comentar a la duquesa si no habia otro metodo para yo salir del castigo de los azotes. Le comente sobre unos en la espalda pero me dijo que eso no compensaria jamas el castigo de verdad. Debido al nerviosismo sobre la posibilidad de perder mis posibles tierras, decidi enseñarle a la duquesa una carta que tenia pensado mandarle a mi querida esposa. En la carta le comentaba sobre mi alegria sobre las tierras que me darian y como sobre finalmente podria conseguir un poco mas de dinero para poder vivir mas comodamente. Yo creo que eso ultimo le pudo dar una mala impresion de codicia a la duquesa, pero ella no entiende a como vivimos nosotros a comparacion de ella. Seguimos hablando comodamente, cuando se acerco Trifaldi, me trataron de explicar cual era su rol entre los duques pero era un enredo que honestamente no entendi, a veces le servia mas a la duquesa, otras veces al duque. Pero llego a decir que ocupaba a don Quijote para hablar de algo relacionado a caballeros, le dijimos que estaba hablando con el duque que lo fuera buscar donde el.

sábado, 28 de mayo de 2011

Nunca hare eso...

Siguen pasando los carros y va pasando el ultimo y nos vuelven a llamar a don Quijote y a mi. Nos dijeron que Dulcinea podia volver a su estado normal, pero yo tenia que llevar un castigo el cual seria, tres mil azotes en mis posaderas. De ninguna manera yo me haria ese castigo, primero por alguien que no me involucra a mi y segundo por que ella no es nada mas que un producto de la imaginacion de don Quijote. Ademas de que si tanto era el castigo para que ella volviera a la normalidad, deberia ser don Quijote el que lo hiciera, no yo por que yo hacerlo si yo no soy el que la esta buscando. El duque oyo todo esto y dijo que si yo no lo hacia perderia todos los benefecios de la insula que yo recibiria. Al oir esto yo no podia afordar perder mis posibles insulas, asi que puse mis condiciones. Yo decidiria cuando me las darias, ademas de que yo me las haria en privado y ellos deberian creer mi palabra.

No lo creo, debe ser otra burla

Un dia estabamos tranquilos con los duques, ellos decidieron que no seria mala idea si fueramos a un viaje a caballo. Don Quijote dijo que no le caeria mal y a decir verdad a mi tampoco. Pasaba el tiempo y la noche llego, hicimos una fogata para pasar la noche, nos vamos dando cuenta de una pequeña procesion de carros que se acerca a lo lejos, hicimos caso omiso a ella pensando que en realidad no seria nada importante. Se van acercando poco a poco, llaman a don Quijote y a mi persona. Nosotros sorprendidos de que nos llamaran y de que incluso supieran nuestros nombres. Nos llamaron y le dijeron a don Quijote que ellos tenian el secreto para poder desencantar a Dulcinea. Yo honestamente me rei mucho por que Dulcinea ni existia, ademas de que tambien me imagino que debe ser otra de las bromas tan graciositas de los duques.